Es pequeño, redondo y azul. Casi perfecto; pero no sólo su imagen es atractiva. Ésta diminuta
baya, conocida también como la súper fruta, tiene muchas otras virtudes.
Para conocerla un poco mejor debemos remontarnos a tiempos muy lejanos, en los que
distintas culturas dieron muestras de que ya sabían que se trataba de un alimento único.
Los primeros nativos de Norteamérica, antes de la conquista europea, la consumían imitando
a los osos y a los pájaros que habitaban la zona. Y, de a poco, descubrieron que servía para
tratar los problemas urinarios.
Por otra parte, en el viejo continente, Plinio y Virgilio ya escribían sobre los beneficios del
blueberry respecto de los cálculos en los riñones; en ese momento se lo llamaba Vaccinium
y es hasta el día de hoy se lo conoce así por su nombre científico.
Pasemos a enumerar sus cualidades: rico en fibras, libre de colesterol, bajo en grasas y
sodio, tónico, astringente, diurético, posee vitamina C, altamente nutritivo. Su pigmento
de color azul favorece el metabolismo celular. También aporta calcio, potasio, hierro y
diversos ácidos orgánicos.
Bueno ¿para qué?
Para las infecciones urinarias: uno de los principales efectos que se ha descubierto
de esta súper fruta es que su jugo previene infecciones de las vías urinarias. Esto se debe
a que la acidez que contiene la baya inhibe el desarrollo de las bacterias que se encuentran
en la orina, especialmente la Escherichia coli. Asimismo, esto previene la formación de
piedras o cálculos en el riñón.
Los temidos radicales libres: gracias a sus pigmentos naturales también actúan
como antioxidantes (entre las frutas es la que más efectos posee), porque equilibra la acción
de los radicales libres. Además, previene el colesterol malo porque favorece un
aumento del "bueno". Lo que a su vez disminuye los riesgos cardíacos.
Por otra parte, es rico en vitamina C, lo que beneficia mucho el sistema inmunológico
y evita enfermedades degenerativas. Esta vitamina, a su vez, ayuda a absorber el hierro
de los alimentos, por eso también se puede decir que previene la anemia.
Aporte de fibra: como la mayoría de las frutas. Por esta razón es ideal para los
problemas digestivos como el estreñimiento y la atonía intestinal. Sin embargo, también
posee propiedades astringentes que sirven para regular la diarrea, porque facilita la digestión.
Dentadura perfecta y mucho más: pero las virtudes del arándano no terminan allí.
Este pequeño fruto protege la dentadura de las adhesiones bacteriales (ideal para la prevención
de caries y úlceras de la boca) y fortalece el colágeno del cuerpo, que es fundamental
para los tendones, los cartílagos y los ligamentos.
Aunque no hay evidencia científica, también es favorable para la vista (cataratas, retinopatías),
las dismenorreas (dolores menstruales), la circulación y la diabetes incipiente o moderada.
Pero si todo lo dicho hasta acá no termina por convencerlo, usted debe saber que también
es delicioso. Por eso en el mercado, además de frescos, se pueden conseguir en
conservas, mermeladas, dulces, jugos y tortas.