Conflicto: formas, tipo y fuentes



Formas de conflictos

1. Conflicto funcional: Es aquel que genera desarrollo cuando se soluciona. Promueve que los líderes de grupo conserven un grado mínimo constante de conflicto suficiente para que el grupo sea viable, autocrítico y creativo.

2. Conflicto disfuncional: Es aquel que provoca un negativo funcionamiento de las relaciones entre las partes y que no produce ningún desarrollo cuando de soluciona. Provocado por la mala comunicación, falta de franqueza y confianza, incapacidad de administración para responder a las necesidades y aspiraciones de los empleados.

Para que un conflicto sea constructivo o funcional las partes que intervienen en él, deben reconocer lo siguiente:
1. Sus partes deben de creer que las personas pueden cambiar.
2. Sus partes deben creer que lo inaceptable es permitir que el conflicto se mantenga sin resolver.
3. Sus partes deben creer que sus puntos sobre el conflicto puede ser distorsionado o incompleto y por tanto es importante conocer el punto de vista de la otra parte. (En este sentido el conflicto implica aprendizaje, experiencia, cuestionamiento, cambio).
4. Sus partes deben tener la voluntad de encontrar una solución que concilie los intereses de ambos. (Importancia de estimular, La Empatía).

Tipos de conflictos 
1. Interpersonales: Debates de las personas con su propio subconsciente.
2. Interpersonales: Debates entre dos o más personas.
3. Intragrupales: Conflictos en el interior de los grupos.
4. Intragrupales: Conflicto entre diferentes grupos.
5. Regionales: Conflicto entre regiones o países.

Fuentes de conflictos 
- Diferencias de valores, intereses, religiones.
- Expectativas, visión, metas, jerarquía.
- Mala comunicación, malas interpretaciones, malas percepciones.
- Recursos compartidos, recursos personales, autoridad, recursos de equipos.

Guía de personalidades conflictivas:
Personas poco comunicativas: hablan poco y no son conscientes de lo poco que ayudan. A menudo son problemáticos debido al escaso compromiso que aceptan, por lo que suelen enfadar al resto de compañeros.
Soluciones:
-Bombardéala con preguntas para invitarla a hablar. Procura que sean lo más detalladas posibles.
-Formula preguntas abiertas, es decir, que no se puedan contestar con un sí o un no.


Personas que no escuchan: son personas sumamente frustrantes. No sólo no prestan atención sino que acostumbran a hacer mal su trabajo.
Soluciones:
-Cuando les hayas dicho lo que querías, añade: "Veamos si me he explicado. ¿Podrías repetirme lo que he dicho?"
-Este tipo de personas tienen dificultades para recordar lo que se hizo la semana anterior, asegúrate de que recuerden lo necesario para hacer bien su trabajo.

Personas que sueñan despiertas: su productividad cae en picado cuando empiezan a divagar y cometen más errores, muchas veces motivadas por el aburrimiento.
Soluciones:
-Encárgale asuntos que tengan que compartir con otro
empleado que se ocupará de mantenerla atenta.
-Asume que esta clase de personas no sirven para labores rutinarias. No cometas el error de encargárselas.

Personas solitarias: ten en cuenta que son poco dadas a trabajar en equipo. Parecen distantes y eso, a menudo, tiene un efecto negativo sobre el equipo, que se traduce en una reducción del libre intercambio de ideas.
Soluciones:
-Ten en cuenta que no les vas a cambiar, procura adaptarte a ellas. Concédeles la intimidad que necesitan.
-Muchas veces, este tipo de personas prefieren rehuir el cara a cara; utiliza siempre que puedas el teléfono.

Personas reservadas: guardan secretos o no comparten cierta información con el resto del equipo. Lo son o bien porque necesitan que se les reconozca su valía o porque les da sensación de poder.
Soluciones:
-Procura pedirles información concreta, si es necesario por escrito
-Cuando obtengas la información necesaria, agradéceles su ayuda para que sientan que ha hecho un bien al grupo.

Fuente: mailxmail.com  Mejora tus relaciones personales.

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