09/07/14
Después de 10 minutos Las diez
cucharadas de azúcar contenidas en un vaso de Cola suponen un golpe devastador
para el organismo. Sin embargo, después de beber una lata de Coca-Cola una
persona no vomita inmediatamente, ya que el ácido fosfórico suprime el efecto
del azúcar.
Después de 20 minutos
Se produce un aumento de los niveles
de insulina en el torrente sanguíneo.
Después de 40 minutos
La ingestión de la cafeína ya se ha
completado. Las pupilas se dilatan. La presión arterial aumenta, ya que el
hígado libera más azúcar a
la corriente sanguínea. Los receptores de adenosina se bloquean, impidiendo así
la somnolencia.
Después de 45 minutos
El cuerpo incrementa la producción de
dopamina, una hormona que estimula el centro de placer del cerebro y que tiene
el mismo principio de funcionamiento que la heroína.
Después de 1 hora
El ácido fosfórico se une al calcio,
al magnesio y al zinc en el tracto gastrointestinal, sobrealimentando así el
metabolismo. Aumenta la eliminación de calcio a través de la orina.
Después de más de 1 hora
Se hace sentir el efecto diurético de
la bebida. El organismo elimina calcio, magnesio y zinc, componentes de los
huesos, así como el sodio. En este momento la persona se siente irritable o
débil. En este contexto True Activist se pregunta si los consumidores son
conscientes del ‘cóctel’ que están ingiriendo cuando beben una botella de
Coca-Cola y disfrutan de su innegable efecto refrescante.
El ingrediente activo de la Coca-Cola
es el ácido ortofosfórico. Debido a su alta acidez, las cisternas en las que se transporta el
concentrado tienen que ser resistentes a materiales altamente corrosivos. En
general, la composición de uno de los productos más promocionados de la
compañía Coca-Cola, la Coca-Cola Light sin
cafeína, deja mucho que desear.
El agua carbonatada
es agua con gas. Provoca secreción gástrica, incrementa la acidez del
jugo gástrico y causa flatulencia. Además, no se utiliza agua mineral, sino
agua convencional filtrada.
E150d: es un colorante alimenticio
obtenido al procesar azúcar a
determinadas temperaturas, con o sin adición de reactivos químicos. En el caso
de la Coca-Cola, se le agrega sulfato de amonio.
E952: es ciclamato sódico,
un sustituto del azúcar. El ciclamato es un producto químico sintético
con un sabor 200 veces más dulce que el azúcar y que se utiliza como
edulcorante artificial. En 1969 fue prohibido por la Administración de
Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA), ya que esta substancia, igual que la
sacarina y el aspartamo, causó cáncer en la vejiga urinaria de ratas. En 1975
empezó a prohibirse también en Japón, Corea del Sur y Singapur. En 1979 la OMS
(Organización Mundial de la Salud) volvió a permitir el uso de ciclamatos.
E950: es acesulfamo de potasio, un
compuesto 200 veces más dulce que el azúcar que contiene éter de metilo y
agrava el funcionamiento del sistema cardiovascular. Asimismo, contiene ácido
aspártico, una sustancia que también puede excitar el sistema nervioso y con el
tiempo puede crear adicción. El acesulfamo se disuelve de mal y no se
recomienda que lo consuman niños ni mujeres embarazadas.
E951: es aspartamo, utilizado como
sustituto del azúcar en productos para diabéticos. Es químicamente inestable,
ya que a temperaturas elevadas se descompone en metanol y fenilalanina. El
metanol es muy peligroso: entre 5 y 10 mililitros son suficientes para destruir
el nervio óptico y causar ceguera irreversible. Cuando los refrescos se
calientan el aspartamo se transforma en formaldehído, un potente carcinógeno.
E338: es ácido ortofosfórico. Puede
causar irritación de la piel y los ojos. Se utiliza para la producción de sales
de ácido fosfórico de amoníaco, sodio, calcio, aluminio y también en la
síntesis orgánica para la producción de carbón vegetal y cintas de película, de
materiales refractarios, cerámica, vidrio, fertilizantes, detergentes
sintéticos, y en la industria médica, metalúrgica, textil y del petróleo.
E330: ácido cítrico. Está muy extendido en la naturaleza
y se utiliza en la industria farmacéutica y en la alimentaria. Las sales de
ácido cítrico (los citratos) se usan en la industria alimentaria y, en
medicina, para conservar la sangre.
E211: es benzoato de sodio, utilizado
como agente antiséptico y antifúngico en productos alimenticios como
confituras, zumos y yogures de frutas. No se recomienda que lo consuman los
asmáticos y las personas que son sensibles a la aspirina. Un estudio realizado
por Peter Piper, de la británica Universidad de Sheffield, desveló que este
compuesto causa un daño significativo al desactivar el ADN. Esto puede derivar
en cirrosis y en enfermedades degenerativas como el párkinson.
Los aromas son aditivos aromáticos
desconocidos.
La Coca-Cola Diet es todavía peor, ya
que el aspartame, que reemplaza el azúcar en este refresco, convierte la bebida
en un veneno neurotóxico puro. Y ahora… ¿te apetece una Coca
Cola? Ecoportal.net
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