Fuentes de empleo y ERNC

La falta de cálculo del Gobierno y el Parlamento causa hoy que Chile pierda en oportunidades de creación empleos, provenientes además de emprendimientos de bajo impacto ambiental.

“La crisis es una bendición para los países, porque ella trae progresos”, dijo alguna vez Einstein. La cita, memorada recientemente por el Presidente Obama al anunciar la inversión de US$ 15 mil millones anuales para el desarrollo de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), es indicativa de las oportunidades económicas, políticas y laborales que debería considerar hoy una política energética integrada en Chile.

En efecto, al panorama del sector, marcado desde ya por una extendida incertidumbre del abastecimiento eléctrico y las secuelas ambientales de la expansión del carbón, se suma hoy la compleja situación de la Empresa Nacional del Petróleo (Enap), con endeudamientos de corto plazo próximos a US$ 5 mil millones y pérdidas de alrededor de US$ 1000 millones en 2008, a causa de la gran volatilidad del precio internacional de los combustibles fósiles. La misma inestabilidad mundial afectó a Codelco (Chuquicamata dejó de ser la mayor productora de cobre del planeta) y obligó al gobierno a destinar US$ 1000 millones -la cuarta parte de los recursos del plan de rescate económico- a asistir a la corporación.
 
De momento, la herramienta más sustantiva para avanzar hacia una matriz eléctrica más limpia, nacional y democrática es la Ley 20.257 de promoción de las ERNC, que por estos días cumple un año desde su promulgación. Este instrumento, como se sabe, obligará desde 2010 a las empresas generadoras eléctricas, con capacidad instalada superior a 200 megawatts, a comercializar 10% de energía con tecnología eólica, solar, geotérmica, pequeña hidráulica y biomasa. Dicha cuota deberá aumentar 0,5% cada año a partir de 2015, para llegar a significar al menos 10% de la energía eléctrica en 2024.

Al alero de esta legislación se han aprobado sustantivos proyectos de ERNC, con la ventaja de ser los únicos del mercado que cada vez reducen sus costos de producción, al tiempo que colaboran en la reducción de contaminantes atmosféricos y generan empleos estables. El precio de la tecnología eólica, por ejemplo, ha disminuido más de 80% en los recientes 20 años. Así, este mes se evalúa ambientalmente la instalación de 453 megawatts, con inversiones superiores a US$ 4.500 millones.

 Sin embargo, la falta de cálculo del Gobierno y el Parlamento causa hoy que el país pierda en oportunidades de creación de puestos trabajo, provenientes además de emprendimientos de bajo impacto ambiental. El primer estudio sobre el ‘Aporte potencial de ERNC y eficiencia energética a la matriz eléctrica’ (U. de Chile y U. Santa María) demostró que, con precios actuales o mayores de la electricidad, las renovables podrías abastecer hasta 28% de los requerimientos del Sistema Interconectado Central.

 O sea, el potencial de desarrollo técnico y económico triplica la meta de la mencionada ley. Este error, imperdonable en el actual escenario de creciente tasa de desempleo, implica además que Chile pierde valioso tiempo y oportunidades para limpiar su matriz eléctrica, reducir índices de contaminación e integrar los imperativos del cambio climático. Si la clase política no se abre a discutir una ampliación de los estándares de inclusión de las ERNC, tenderán a proliferar sólo aquellos proyectos de las empresas más predominantes del mercado local, sin aprovechar todo su potencial.

Tradicionalmente, el Estado sólo ha fijado el precio de nudo de la electricidad, mientras la política energética es definida por grandes empresas que concentran el mercado eléctrico, y cuyo actuar tiende a ser conservador en materia de innovación tecnológica. En años recientes, sin embargo, este lineamiento tiende a varias. Las exitosas iniciativas diseñadas en materia de eficiencia energética (que en 2008 implicaron un ahorro de 2,6%, lo que hoy motiva que el gobierno incremente el presupuesto para este ítem de $6.500 millones a $13.500 millones este año) deben tener su equivalencia en materia de desarrollo de fuentes renovables. Desaprovechar esta oportunidad, significa cesantía y pobreza para muchos.

Fuente:  http://www.chilesustentable.net/
13 de marzo de 2009

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