Efectos de la contaminación sobre la salud humana

El CO es el único contaminante que produce un cambio en la fisiología humana que se puede relacionar con la concentración a la cual el sujeto se expone.
El CO no es un veneno acumulativo, pero es expulsado o absorbido, dependiendo del nivel de óxido de carbono del ambiente, de la cantidad de carboxihemoglobina de (COHb) presente en la sangre, de la presión barométrica, de la duración de la exposición y del índice de ventilación de los pulmones (normalmente relacionado con el ejercicio físico). La OMS ha calculado estas interrelaciones entre el nivel de CO en el aire, la cantidad de COHb en la sangre y la duración de la exposición (tabla 3); asumiendo que el organismo tiene un contenido básico de COHb, que se está respirando aire al nivel del mar, y que el 50% del equilibrio se alcanza tras unas tres horas.
Los fumadores tienen un nivel medio de COHb del 5% mientras que en los no fumadores el nivel medio es del 1%. Sin embargo personas expuestas a altos niveles de CO (encargados de garajes, agentes de tráfico, taxistas, camioneros…) presentan niveles de COHb por encima del 3%.

Las afecciones de la salud a diferentes concentraciones de COHb son las siguientes:
  • Un nivel de COHb de entre el 1-2%, afecta al comportamiento y puede agravar los síntomas en pacientes con enfermedades cardiovasculares.
  • Un nivel de entre 2 y 5% produce un deterioro del estado de vigilia, de la distinción de intervalos de tiempo, de la agudeza visual, de la distinción de la luz y otras funciones psicomotrices.
  • Un índice superior al 5% de COHb, está asociado a cambios funcionales cardiacos y pulmonares.
  • Por encima del 10% aproximadamente, los efectos negativos son jaquecas, fatiga, somnolencia y reducción de la capacidad de trabajo. Según aumenta la concentración de COHb en sangre las funciones del organismo se deterioran progresivamente, y a concentraciones de alrededor de 1.000 ppm, correspondientes a niveles sanguíneos del 60% de COHb, se entra en coma, hay fallo respiratorio y finalmente se produce la muerte del individuo.
Los niveles reales pera habitantes urbanos en ciudades de moderadas a altamente contaminadas varían desde 0.8 a 3.7% deCOHb en no fumadores, hasta 1.2 a 9% en fumadores, por consiguiente, es más probable que los fumadores sufran deterioro de la función en comparación con los no fumadores. Aunque esto puede reducir la capacidad del individuo para conseguir un mayor disfrute de la vida, no necesariamente acorta la duración de esta.

Se han encontrado correlaciones razonables entre los niveles de mortalidad diaria y las concentraciones de monóxido de carbono, se ha demostrado que la función cardiaca se altera por un nivel alto de COHb, como se prueba a través de electrocardiogramas en adultos sanos expuestos a niveles elevados de CO. Debido a que el CO bloquea el transporte de oxígeno en la corriente sanguínea, y a que las personas con ciertas enfermedades cardiacas requieren un elevado aprovisionamiento de oxígeno, es razonable concluir que el CO en un factor contribuyente en un aumento de la mortalidad que se acentúa en los enfermos del corazón.

Fuente: www.dforceblog.com

Aporte: Silvia Durán C.
Investigadora Científica de Mundo Nuevo

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