LA SALUD

  Los Seres Humanos, por regla general, nacemos sanos, con todas nuestras facultades (sentir, pensar, hacer), con todos nuestros órganos, con todo un equipamiento físico, mental y espiritual fabuloso…"somos Dioses, pero lo hemos olvidado", nos han dicho.
Cuando llegamos a este mundo somos “semillas”, semillas de la Divinidad que se esparcen en esta Tierra para cumplir una Misión, somos una idea lanzada al mundo para que uniéndose a otras logremos un pensamiento de Luz. Cuando emergemos a este mundo somos un proyecto a realizarse, un esbozo del mundo futuro… por eso los niños son las estrellas del porvenir…"Si queréis entrar al Reino de los Cielos…tendréis que ser como niños" nos dijeron.



Pues bien, nacemos sanos, nacemos con una potencia de vida inimaginable, nacemos con riquezas intangibles que no pueden ser objeto de impuestos ni de dominio, nacemos con todas las posibilidades para la perfectibilidad, nacemos para mejorar lo hecho, para despertar lo dormido, nacemos para transformar la vida, nacemos para autorrealizarnos.
Todos llegamos para ser “Grandes”, todos podemos lograr la “Felicidad”, todos tenemos dentro de sí la posibilidad de “Poder”, todos podemos “hacer que las cosas sucedan”, todos podemos convertir nuestros sueños en realidad.

¿Pero qué ocurre para que nuestra vida se tuerza y se desvíe del proyecto original?

La “educación” es clave para este propósito y la “formación” es fundamental para despertar y realizar las potencias y talentos que se traen. La Educación es la capacidad de ver lo que se tiene “dentro” y la Formación es la fuerza para realizarla. Indudablemente cuando se es niño ambos factores dependen de los padres, de los tutores…de los “mayores”.
“Se educa con el ejemplo”
“Se forma con la Disciplina”.



Son esos “modelos de vida y conducta” que nos marcan y demarcan el destino inmediato y la ventura futura. En esa edad, ni el niño ni el adolescente han adquirido “discernimiento” esa facultad del espíritu que emerge con el concurso del tiempo y de las experiencias. La forma de vida, los hábitos adquiridos, las creencias impuestas, van dando forma al carácter, así como va desarrollándose la personalidad, que es el rostro que imprime la sociedad en cada uno. Cuando se es niño, se denota mejor la pureza, la ingenuidad, la naturalidad, la espontaneidad, elementos que por sí mismo nos llevan hacia el despertar de la “consciencia” que es la expertiz entre la inteligencia y la intuición, verdaderos atajos hacia la verdad y que con el paso del tiempo, todo aquello va quedando en la más absoluta soledad. La inteligencia deja paso a la creencia, la salud a la enfermedad, la prevención deja paso a la curación, la energía a la pasividad, el entusiasmo a la resignación, la voluntad a la terquedad, el trabajo deja paso a la explotación, la solidaridad deja paso al individualismo, la comprensión deja paso al autoritarismo, el estudio deja paso a la desidia, la razón deja paso al dogmatismo, la libertad a la esclavitud de los vicios, la independencia a la manipulación, el amor al apego, el coraje al miedo, el individuo deja paso a la masa y es guiado por ella, por lo tanto, “la opinión pública” se hace Ley, y se forja así la moral y “las buenas costumbres”…con esa actitud…
“Se educa con el autoritarismo”
“Se forma con la instrucción”

Así el modelo genuino se trastoca, y el niño pasa a una etapa pre humana, “civilizado”, “modelado” pero no educado…al niño se le enseña por lo tanto, que lo más importante en la vida es triunfar, tener, producir, competir, consumir, gozar, aparentar y entretenerse. Esa existencia va privando la vida, la salud y la energía, esta vida se hace vacía y sin consistencia, permisiva, relativa, y ese es el derrotero del “hombre moderno”…ese es el fruto de su insanía o más bien …de la ausencia de Salud.




Salud en el principio y génesis es “normalidad”, “equilibrio”, es :

“S…sentir",
“A…amor",
“L…luz",
“U…unidad",
“D…divinidad dentro de sí".

Por ello, debemos volver al origen, “volveos como niños”…volver a lo natural, a lo simple, a lo auténtico, al entusiasmo inicial, y así como antaño éramos guiados por nuestro instinto y no sabíamos a donde nos dirigíamos, nos dejábamos llevar, así ahora, con el paso del tiempo y de las circunstancias, de tanto golpe y de tanta caída, es preciso volver a la fuente primaria, pero ahora guiados por la consciencia, que es el fruto de la vida.




Volver a la naturaleza…a la nuestra, al Ser Original.
Y ya lo decía el insigne Sócrates: “Educad a los hombres y los haréis mejores”.
La S.A.L.U.D. se aprende cuando ya no somos capaces de disfrutarla. Es decir, siempre existe una nueva oportunidad para crecer y evolucionar. Un nuevo tiempo para volver a sanar.
¡¡¡Poneos en Acción!!!.


El Guía.

jorgeazocarb@yahoo.com

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