Agencia internacional de energía destaca logros chilenos y sugiere acelerar promoción de energías renovables




La política chilena energética recibe elogios, pero también recomendaciones.

Pese a destacar los logros alcanzados por la política energética, La Agencia Internacional de Energía (AIE), con sede en París, imdicó que Chile debe seguir diversificando su matriz energética y debiera dar un mayor impulso a la incorporación de energías renovables.

La entidad realizó un informe de sobre la política energética de Chile. Así como la organización aplaudió al país por sus importantes logros, también recomendó una regulación más clara para que las inversiones de largo plazo integren los costos ambientales.

“Chile ha dado grandes pasos para fortalecer su seguridad energética y mejorar la política energética en los últimos años”, indicó en Santiago el director ejecutivo de la AIE, Nobuo Tanaka.

“Los países miembros de la AIE y otros países pueden aprender mucho de la experiencia chilena cuando se trata de implementar medidas de emergencia”, dijo, en alusión a la recientemente inaugurada planta de LNG e Quintero, los esfuerzos de Chile para hacer frente a una cruda sequía y los recortes de gas natural impuestos por Argentina el 2007 y el 2008.

Chile, entretanto, debiera seguir diversificando sus fuentes de energía y sus proveedores, y debiera desarrollar activamente tanto la eficiencia energética como los recursos renovables, según el ejecutivo.

La AIE elogió el empuje de Chile para desarrollar los recursos renovables pero manifestó que el país podría no estar actuando lo suficientemente rápido.

“Dado el sobresaliente potencial renovable del país, Chile debiera considerar acelerar este proceso aún más mediante mecanismos de mercado como las desgravaciones fiscales por producción, como las que se han adoptado en varios estados de EEUU, o la introducción de certificados verdes transables, como los en el Reino Unido e Italia”, consignó la AIE mediante un comunicado.

Con la tecnología actual podrían desarrollarse más de 12GW de capacidad renovable no convencional, señaló la gerenta de programas de AIE en Latinoamérica, Ghislaine Kieffer, y agregó que algunos cálculos arrojan un potencial aún mayor.

Chile también debiera eliminar la controversia política que rodea a opciones como las grandes hidroeléctricas y las plantas nucleares, y democratizar el debate sobre las fuentes de energía, añadió.

“Algunas personas son alérgicas a la palabra crítica”, expresó. “Pero las críticas son la mejor parte de la evaluación. Son el análisis”.

El informe de la AIE recomendó que Chile considere transferir el control del Sistema Interconectado Central (SIC) y el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) a entidades independientes, de manera que los operadores del sistema sean imparciales y representen los intereses de todos los consumidores.

“Chile debiera crear un marco regulatorio para que las decisiones de inversión a largo plazo se basen en un análisis de costos y beneficios a largo plazo también, incluyendo los aspectos ambientales y la curva de costos a la baja de ciertas tecnologías, y de esa manera contener la participación de los combustibles fósiles en la generación eléctrica”, apuntó Tanaka.

“Chile ahora debería considerar formular una estrategia nacional de mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero con objetivos indicativos, tanto nacional como en el nivel sectorial. Eso para preparar a la economía chilena para un posible acuerdo climático internacional post Kioto”, puntualizó.

El ministro de Energía de Chile, Marcelo Tokman, indicó que el informe de la AIE ofrecía al país una importante oportunidad.

“El informe juega un rol en lo que estamos tratando de hacer, que es tener una mirada de largo plazo”, dijo Tokman a la prensa. “No podemos reducir los esfuerzos que hemos hecho producto de que en los próximos años no vamos a enfrentar situaciones tan críticas desde el punto de vista del suministro”.

Tokman invitó a la AIE a efectuar este informe el 2008. El estudio tardó ocho meses y comprendió un proceso de revisión de pares con expertos y funcionarios de los países miembros de la AIE.

Kieffer describió la evaluación como un estudio escrito para y por los que toman las decisiones, en vez de un estudio académico formal.

La misión inicial de la AIE, que fue fundada durante la crisis petrolera de 1973-1974 y cuenta con 28 miembros, era coordinar medidas de emergencia durante los períodos de escasez de petróleo.

Desde entonces, ha ampliado sus atribuciones para incluir aspectos de seguridad energética, desarrollo económico y protección ambiental. Las labores de la AIE se centran actualmente en los fenómenos de cambio climático, las reformas del mercado y la colaboración en el ámbito de la tecnología energética.

La agencia opera bajo el alero de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y Chile podría considerar entrar en ella, ya que actualmente es candidato a formar parte de la OCDE.

Fuente: www.chilerenovables.cl

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